"Jorairátar está metido en los mismísimos infiernos. Allí se arremolinan, antes de espirar al pié de Sierra Nevada, las últimas estribaciones de la Contraviesa y el Cerrajón de Murtas, formando una especie de reducto de agrias y rotas peñas, cuyo aspecto tiene algo de terremoto en acción. Hondas grietas, negros tajos, quebrantados riscos, desgajados peñones, tdose ve allí confundido, dislocado , acumulado, superpuesto, como en una derruída obra de titanes. ¡Nada más terrible y majestuoso!"
"Sobre el mismo pueblo hay un peñón desprendido, suelto,amenzante, próximo siempre a caer y aplastarlo todo. Los alpujarreños llámanle antonomásticamente, el Peñón de Jorairátar".
Pedro A. de Alarcón
"Sobre el mismo pueblo hay un peñón desprendido, suelto,amenzante, próximo siempre a caer y aplastarlo todo. Los alpujarreños llámanle antonomásticamente, el Peñón de Jorairátar".
Pedro A. de Alarcón
Jorairatar
Una señora, una dama,
una mujer desterrada
con los muslos de solana,
ni soltera ni casada.
El reflejo de sus aguas,
en su lujuria de fuentes,
que deslizan sus enaguas
frente a los ojos ardientes.
Una señora, una dama,
una mujer olvidada,
marcas del tiempo en su cama
y la esperanza encalada.
una mujer desterrada
con los muslos de solana,
ni soltera ni casada.
El reflejo de sus aguas,
en su lujuria de fuentes,
que deslizan sus enaguas
frente a los ojos ardientes.
Una señora, una dama,
una mujer olvidada,
marcas del tiempo en su cama
y la esperanza encalada.
E. Reinoso
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