Cádiar, entre muchas otras cosas, siempre fue tierra de secanos, lagares y viñas; siempre Contraviesa y valle. Por eso, en el centro de sus fiestas, siempre hace una parada el vino.
Fluyendo...
Fluyendo,
la gloria de tu cuerpo,
entre las quebradas rocas.
Fluyendo,
como un amargo lamento,
desde el vientre hasta la boca.
Fluyendo,
endulzado de fenoles,
va diluyendo pupilas.
Fluyendo,
con aromas de mil soles,
susurrando retahílas.
De su mano va el camino
por estas tierras bravías
y vivirá sus destino
y llorará su alegría.
Fluyendo,
vino, vino, vino y vino.
la gloria de tu cuerpo,
entre las quebradas rocas.
Fluyendo,
como un amargo lamento,
desde el vientre hasta la boca.
Fluyendo,
endulzado de fenoles,
va diluyendo pupilas.
Fluyendo,
con aromas de mil soles,
susurrando retahílas.
De su mano va el camino
por estas tierras bravías
y vivirá sus destino
y llorará su alegría.
Fluyendo,
vino, vino, vino y vino.
E. Reinoso
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